Factorizar facturas permite a las empresas obtener liquidez inmediata mediante la cesión de sus cuentas por cobrar a una entidad financiera o empresa de factoring.
Esta práctica es común en Chile, especialmente entre pymes que necesitan adelantar el cobro de sus facturas para sostener operaciones o financiar proyectos en curso.
Qué significa factorizar una factura
Es el acto de ceder a una empresa de factoring el derecho a cobrar una factura emitida a un cliente. A cambio, el proveedor recibe de inmediato un porcentaje del valor de dicha factura, mientras que la entidad de factoring asume la gestión de cobro.
Esta operación no constituye un crédito o préstamo, sino una cesión de derechos, lo que la hace atractiva para pymes que requieren liquidez.
Esta modalidad está regulada en Chile por la Ley N.º 19.983, que otorga mérito ejecutivo a la cesión de facturas, asegurando la validez legal de la transacción.
Requisitos para factorizar facturas
Las empresas que deseen utilizar esta herramienta deben cumplir ciertos requisitos, tanto documentales como operacionales. A continuación, se describen los principales:
- Emitir facturas electrónicas registradas ante el Servicio de Impuestos Internos (SII).
- Asegurar que la factura no tenga objeciones de parte del deudor.
- Contar con una relación comercial vigente y documentada.
- No registrar protestos ni morosidades asociadas a la factura.
- Informar formalmente la cesión al comprador (cedido), dentro del plazo legal.
Cómo se factoriza una factura en la práctica
Para realizarlo debe seguir los pasos típicos de la operación:
- El proveedor envía la factura electrónica a su cliente y recibe el acuse de recibo.
- El proveedor registra la cesión de la factura en la plataforma autorizada.
- La empresa de factoring analiza el documento y realiza una oferta con base en el monto, el plazo y el historial del pagador.
- Si el proveedor acepta la oferta, la empresa transfiere un porcentaje del valor de la factura (usualmente entre 80 y 90 %) en un plazo corto.
- Al vencimiento, la empresa de factoring cobra directamente al deudor. Una vez efectuado el pago, transfiere el saldo restante al proveedor, descontando comisiones y gastos.
Este proceso permite anticipar ingresos sin recurrir a financiamiento bancario convencional. Además, algunas entidades exigen garantías adicionales como un seguro de crédito para cubrir eventuales incobrabilidades.

Tipos de factoring
En Chile, el factoring se clasifica principalmente en dos modalidades: con recurso y sin recurso. La diferencia radica en quién asume el riesgo de impago del deudor.
Con recurso
El proveedor sigue siendo responsable si el deudor no paga la factura en la fecha de vencimiento. La empresa de factoring puede exigir la devolución del monto adelantado o compensarlo con otras operaciones futuras.
Esta modalidad suele tener un costo menor, ya que el riesgo lo asume el proveedor. Es la más utilizada por pymes que trabajan con clientes habituales y de confianza, donde el riesgo de morosidad es bajo.
Sin recurso
En este caso, la empresa de factoring asume completamente el riesgo de impago. Si el deudor no cumple, el proveedor no está obligado a devolver el dinero recibido. Esto implica un costo mayor por la cobertura del riesgo, pero ofrece mayor seguridad financiera.
Es recomendable para operaciones con clientes nuevos, en mercados públicos o en exportaciones, donde los plazos de pago son extensos y la información del deudor es limitada.
¿Quién puede usar el factoring en Chile?
Pueden acceder tanto personas jurídicas como naturales con giro comercial. Las empresas más beneficiadas suelen ser pymes que venden a grandes compradores, entidades del Estado o compañías con plazos largos de pago.
¿Cuándo conviene usar esta herramienta?
Factorizar facturas puede resultar útil en las siguientes situaciones:
- Necesidad de liquidez inmediata sin endeudamiento bancario.
- Financiamiento de capital de trabajo en períodos de alta demanda.
- Participación en licitaciones que exigen garantías o flujos estables.
- Reducción del riesgo crediticio frente a pagadores con historial incierto.
Adicionalmente, contar con instrumentos como una garantía de seguros puede mejorar las condiciones de evaluación del factoring, especialmente en mercados públicos o contratos de largo plazo.

¿Qué riesgos conlleva?
Si bien el factoring reduce riesgos de liquidez, también implica:
- Pérdida de parte del monto total facturado (por comisiones).
- Posibles conflictos con el cliente si este no valida el acuse de recibo.
- Problemas de gestión documental si no se registra la cesión correctamente.
Por ello, es necesario elegir entidades confiables, revisar las condiciones del contrato y mantener orden en la documentación tributaria.
Resumen práctico de ventajas y limitaciones
Una herramienta para la liquidez empresarial
Poder factorizar facturas permite a las empresas mejorar su liquidez sin recurrir a deuda bancaria. En Chile, este mecanismo funciona dentro de un marco legal definido, lo que ofrece seguridad para cedentes y entidades de factoring. Si bien implica costos, su uso correcto contribuye a la sostenibilidad financiera del negocio.
En definitiva, este proceso se ha consolidado como una alternativa eficiente frente a las necesidades de liquidez en entornos empresariales exigentes.
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