En el sistema de compras públicas de Chile, una licitación se declara desierta cuando la entidad compradora decide no adjudicar a ningún proveedor. Comprender este término permite anticipar riesgos, ajustar estrategias y cumplir con las exigencias normativas establecidas por la Ley N.° 19.886.
Esta situación no es frecuente, pero al momento de suceder afecta la continuidad de los procesos de contratación y puede generar costos adicionales o retrasos en proyectos.
La legislación chilena contempla condiciones claras para definir este tipo de situación y establece procedimientos posteriores que permiten reencauzar la compra o contratación.
Qué es una licitación desierta
Ocurre cuando un proceso de compra, abierto o cerrado, no recibe ofertas válidas o bien las ofertas presentadas no cumplen con los requisitos técnicos, económicos o administrativos establecidos en las bases.
La entidad licitante, en este caso, no puede adjudicar a ningún proveedor y debe declarar oficialmente el proceso como desierto.
El artículo 9° del Reglamento de Compras Públicas, asociado a la Ley N.° 19.886, establece que el organismo público podrá declarar desierta una licitación en los siguientes casos:
- No se presentan ofertas.
- Se presentan ofertas, pero todas resultan inadmisibles por no ajustarse a los criterios exigidos.
- Se retira la única oferta válida antes de adjudicar.
Diferencias entre licitación desierta e inadmisible
Causas frecuentes que originan una licitación desierta
Existen múltiples factores que pueden provocar que una licitación quede sin adjudicatario. Entre las más comunes se encuentran:
- Falta de difusión adecuada del proceso.
- Bases mal diseñadas o exigencias poco realistas.
- Plazos muy reducidos para la presentación de antecedentes.
- Presupuesto disponible insuficiente para el mercado.
Estas condiciones pueden desalentar la participación de proveedores, sobre todo si no se garantiza una oferta clara y transparente desde el inicio.

Cuándo una licitación se declara desierta: normativa y procedimiento
Esto no depende del criterio exclusivo del comprador, sino de un procedimiento normado. La entidad debe:
- Evaluar las ofertas presentadas.
- Emitir un acto administrativo fundado que declare el proceso como desierto.
- Publicar el resultado en el portal Mercado Público.
En algunos casos, la declaración de desierta puede derivar en un nuevo llamado a licitación, una licitación privada o incluso un trato directo, de acuerdo con lo que estipulan las bases y la ley vigente.
Consecuencias para compradores y proveedores
Cuando se declara desierta una licitación, el comprador pierde tiempo y recursos invertidos en el diseño del proceso y, en algunos casos, se retrasa la ejecución de obras, servicios o adquisiciones necesarias. Desde el punto de vista del proveedor, también se pierden esfuerzos destinados a preparar propuestas técnicas y administrativas.
Además, si se han solicitado instrumentos como seguros de garantía, estos deben devolverse a los oferentes, dado que no existió adjudicación. No obstante, en procesos futuros, los organismos pueden reforzar mecanismos preventivos, ajustando bases o presupuestos, para evitar repetir la situación.
Alternativas tras una licitación desierta
Una vez declarada desierta una licitación, el organismo público puede optar por:
- Repetir el proceso licitatorio con ajustes en las condiciones.
- Convocar una licitación privada si las condiciones lo permiten.
- Solicitar autorización para realizar un trato directo (cuando se cumplen causales justificadas).
Estas alternativas están reguladas por la Ley de Compras Públicas y deben respetar los principios de transparencia, eficiencia y libre competencia.

Relación con los instrumentos de garantía
En procesos de licitación, el Estado suele exigir instrumentos como la garantía de seguros para asegurar el cumplimiento de condiciones mínimas por parte del proveedor. Estos mecanismos, que pueden incluir boletas bancarias o pólizas electrónicas, entregan respaldo frente a eventuales incumplimientos.
Por ejemplo, si un proveedor retira su oferta sin justificación o no firma el contrato luego de ser adjudicado, la entidad puede hacer efectiva la póliza de garantía correspondiente, según lo establecido en las bases.
Cuando una licitación queda desierta, los instrumentos entregados deben devolverse a los participantes, siempre y cuando no exista causal de cobro.
Recomendaciones para evitar licitaciones desiertas
Tanto compradores como proveedores pueden implementar medidas para minimizar el riesgo de una licitación fallida:
Para compradores:
- Redactar bases claras, realistas y con plazos adecuados.
- Revisar precios de mercado para definir presupuestos competitivos.
- Difundir adecuadamente el proceso a través de los canales oficiales.
Para proveedores:
- Leer y analizar cuidadosamente las bases antes de ofertar.
- Validar que los antecedentes administrativos y técnicos estén completos.
- Utilizar seguros de garantía cuando corresponda, con proveedores confiables.
Prevención y acción ante licitaciones sin oferentes
Evitar una licitación desierta no siempre depende de una sola parte. Sin embargo, conocer cuándo una licitación se declara desierta y qué acciones tomar en ese caso permite actuar con rapidez dentro del marco legal.
Mantener la trazabilidad y documentación de cada proceso, además de participar activamente en el portal de Mercado Público, refuerza una cultura de participación informada y responsable dentro del sistema de compras públicas.
En Avla Chile contamos con soluciones que respaldan su participación desde el inicio. Una garantía seriedad de la oferta le permite demostrar compromiso ante el comprador público y cumplir con los requisitos formales del proceso. Contáctenos y nuestro equipo le ayudará a gestionar la póliza adecuada según el tipo de licitación.